La diferencia de Finca San Antón - ¡Somos mucho más que eco!
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La realidad ecológica y la diferencia de Finca San Antón

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En gran parte de nuestra vida pública, priman por encima de otros, los aspectos que tienen que ver con nuestra faceta como consumidores. En esa realidad dominada por el Marketing, cada día nos toca levantarnos y navegar en un universo de etiquetas, definiciones, nuevos conceptos, etc., que, más que aportar luz y aclarar cosas, lo que suelen buscar es la confusión del consumidor para poder vender el producto unos céntimos más caro.

 

La Agricultura y la alimentación no son ajenas a este fenómeno y el Marketing Agroalimentario también hace su efecto. Cuando desempeño mi trabajo, percibo que hay productores, transformadores y, sobre todo, consumidores que no acaban de tener claro qué es y qué no es la Agricultura Ecológica. Quizás eso tenga mucho que ver con el hecho de que la palabra Agricultura aparece, frecuentemente, acompañada por un sinfín de epítetos como Orgánica, Biológica, Natural, Biodinámica, etc.

 

Mi intención hoy es intentar ayudaros a poner algo de luz al asunto y dejar claro que tipo de agricultura practicamos en Finca San Antón, independientemente del nombre que le pongamos.

 

¿Qué hacen las explotaciones Agrícolas Ecológicas?

 

Antes de conocer la manera en la que se producen los alimentos de la Finca San Antón, estaría bien contextualizaros y, en ese sentido, tendríamos que empezar por definir lo que es Agricultura Ecológica:

 

El término Agricultura Ecológica es una categoría legal, se conoce como tal aquella que se practica respetando el articulado del Reglamento del Consejo Europeo 834/2007 desarrollado en los reglamentos de la Comisión Europea 889/2008 y 1235/2008. En esos reglamentos, existen una serie de anexos en los que, entre otras cosas, se publica la lista de fertilizantes, insecticidas fungicidas, entre otros, que pueden usarse en Agricultura Ecológica (todos de origen natural). Resumiéndolo mucho, podemos decir que si saco mi cosecha adelante usando sólo los elementos que están en la lista, esta se considerará ecológica.

 

Pero a poco que hagamos un ejercicio de imaginación, podemos intuir que, cumpliendo el reglamento y, por lo tanto, siendo Agricultura Ecológica, encontraremos fincas donde se produzca con la misma filosofía que en una finca convencional pero cambiando sólo unos fertilizantes por otros, unos insecticidas por otros o unos fungicidas por otros; es lo que se conoce en el argot como una Agricultura Ecológica de sustitución de insumos. Ciertamente se trata de Agricultura Ecológica, pero podríamos decir que presenta un “bajo perfil ecológico”.

 

En el otro extremo, encontraríamos fincas que se diseñan como auténticos bosques comestibles, y en las que la intervención humana va poco más allá del diseño inicial y la recolección. Se trata de espacios en los que se deja a la Naturaleza hacer su trabajo para que esta nos ofrezca lo que buenamente decida.

 

Entre ambas, encontramos múltiples situaciones intermedias, y es por eso que me gusta comparar la Agricultura Ecológica con una escala de verdes. Si tuviéramos que definir el verde del que está pintada Finca San Antón, sería el verde de la Agricultura Natural, una Agricultura que va más allá de lo que exige la normativa de Agricultura Ecológica.

 

¿Cómo se trabaja en Finca San Antón?

 

La Agricultura Natural es entender y aceptar que, a la hora de hacer Agricultura, las reglas del juego las pone la Naturaleza y no el agricultor o el técnico. Es despojarse del antropocentrismo con el que solemos relacionarnos con el medio para entender que nuestro trabajo es remar en el mismo sentido que lo hace la Vida, y que el reto es hacerlo de manera ingeniosa para poder disfrutar de cosechas nutritivas, sanas y suficientes.

 

BIOMÍMESIS como primera norma: nada tenemos que inventar, nos toca descubrir las soluciones que la Naturaleza ha diseñado y poner a punto las técnicas que nos permitan aplicarlas.

CICLOS CERRADOS e INTERCONECTADOS: nuestra manera de trabajar desde el punto de vista de la gestión de la materia y la energía no es lineal. Cuando ponemos en marcha una acción en la finca, procuramos que sirva para más de un objetivo, que tenga más de un uso y que al final todo se reincorpore a otro ciclo productivo.

• Cuanta más DIVERSIDAD, mejor: la creación de un espacio agrícola lo más complejo posible desde el punto de vista de las especies presentes, más que problemas de manejo, lo que nos brinda es un sistema con alta capacidad resiliente en el que los problemas fitosanitarios están reducidos a su mínima expresión.

Prohibidos los “-CIDAS”: no negamos la Vida, optamos por manejarla inteligentemente y por eso no aplicamos fungicidas, insecticidas o cualquier otro –cida por mucho que esté permitido en Agricultura Ecológica.

• La SUPERFICIE siempre CUBIERTA y con la mayor parte del año ocupada por RAÍCES VIVAS: es lo que ocurre en la Naturaleza y eso nos permite mantener una alta actividad de las redes tróficas del suelo que tiene como consecuencia plantas bien nutridas y sanas y un suelo que, en lugar de empobrecerse, gana en fertilidad año tras año.

• Todos los NUTRIENTES que pueden producirse en la finca, se producen: el Nitrógeno, el Carbono y el Fósforo, vienen puestos en juego en gran medida por relaciones simbióticas entre plantas y microorganismos; y cuando tenemos que traerlos de fuera, los hacemos a base de abonos orgánicos de la más alta calidad producidos a base de restos vegetales o por estiércoles que nosotros mismos compostamos. No utilizamos restos de matadero transformados, ni tampoco, lodos de depuradoras.

• Sólo ABONOS ORGÁNICOS maduros y de primera calidad: el uso de abonos naturales inorgánicos es casi inexistente y cuando nos vemos obligados a usarlos, los sometemos previamente a procesos de transformación en nuestras pilas de compostaje dándole el plus de la Vida antes de llevarlos al suelo.

 

Quizás la pregunta que quepa hacerse para terminar sea ¿y por qué trabajar así, si podríamos estar haciendo otro tipo de Agricultura Ecológica más convencional? Simplemente porque nos apetece, queremos ser honestos y nos preocupa el futuro de los que vienen detrás de nosotros. Nuestro trabajo no es más que el reflejo de nuestra forma de ser y nuestros valores, y eso se refleja en alimentos que se merecen todo el significado de la palabra, alimentos.

 

 

 

Escrito por:

Juan Cívico, Ingeniero Agrónomo

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